En la búsqueda constante de mejorar la calidad en los proyectos de construcción, es fundamental comprender los indicadores y aspectos cuantitativos que definen la excelencia en las construcciones. A pesar de su importancia, estos elementos a menudo pasan desapercibidos en las conversaciones habituales.
Por esta razón, en este artículo analizaremos detalladamente estas consideraciones clave y te brindaremos consejos prácticos para garantizar una calidad excepcional en cada etapa del proceso constructivo. ¡Descubre cómo elevar tus estándares y asegurar resultados superiores en tus proyectos de construcción!
Por esta razón, a continuación analizaremos estas consideraciones y cómo puedes asegurar una gran calidad durante todo el proceso de construcción.
Hasta hace algunos años, los protocolos de control de calidad en la construcción estaban poco estandarizados y eran insuficientes. A ello se sumaban otras problemáticas como el bajo nivel de industrialización y el uso intensivo de mano de obra en técnicas que podríamos calificar como “artesanales”.
Lo anterior ocasionaba altos niveles de desperdicio atribuibles a la industria de construcción, además de que las empresas priorizaban la reducción de costos sobre la calidad de materiales y procesos, observándose deficiencias de diseño, planificación, gestión y métodos de trabajo, además de problemas de recursos humanos, de seguridad y de control.
En este contexto, a mediados de la década de los 90 comenzó a investigarse el aporte de los indicadores de control de calidad en la construcción y las empresas comenzaron a implementar programas para capacitar a los trabajadores en lo referente con la cultura de la calidad.
Actualmente, la industria tiene preocupaciones más allá de la calidad de los edificios; importan por igual el impacto ambiental y el bienestar de los usuarios, de manera que el análisis de indicadores es ante todo una necesidad, pero también una herramienta clave para la obtención de certificaciones LEED y WELL, que legitiman la sustentabilidad y seguridad de los proyectos, respectivamente.
El control de calidad en la construcción es esencial para garantizar la seguridad, cumplir con las normativas, mejorar la eficiencia y durabilidad de las construcciones, y satisfacer las expectativas del cliente. Es un proceso integral que involucra la selección adecuada de materiales, la supervisión del proceso constructivo y la verificación de los estándares de calidad establecidos, con el objetivo de lograr obras confiables, seguras y de alta calidad.
Por indicadores o KPIs, entenderemos las expresiones cuantitativas que muestran las conclusiones de una evaluación de calidad en procesos y materiales de construcción, así como la calidad de las obras terminadas.
Pero, refiriéndonos de manera más específica a los procesos constructivos, la importancia de atender a estos indicadores recae en que permiten tomar las siguientes medidas:
Controlar el avance de los proyectos y tomar acciones correctivas de ser necesario y factible.
Comparar el rendimiento objetivo con el rendimiento deseable en los procesos constructivos.
Proyectar pérdidas o ganancias.
Probar la eficiencia de nuevos métodos, tecnologías y materiales de construcción.
Generar una base de datos sobre el rendimiento de las obras y con ello, un referente para futuros proyectos.
Establecer estrategias de benchmarking a partir de la comparación con otras empresas.
Definir estrategias de mejora continua.
Cada indicador evalúa un aspecto en un proceso de calidad total, un enfoque en el que, a diferencia de las evaluaciones del pasado, lo que se busca no es implementar acciones correctivas a tiempo, sino lograr que los procesos se ejecuten correctamente en una única ocasión, que las expectativas del cliente se conozcan y sean cuantificables antes de iniciar los trabajos. Algunos de los aspectos que evalúan estos indicadores son los siguientes:
Los controles de calidad en cuanto a los materiales dependerán de si estos se clasifican como “tradicionales” o como “nuevos materiales”. En el primer caso, es común que los materiales sean suministrados por lotes, de los cuales se inspeccionan atributos. Lo anterior consiste en examinar cada lote o unidad de producto y determinar si la calidad es buena o defectuosa.
En este tipo de inspección se tiene en cuenta indicadores como:
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