El sector de la construcción y edificación es fundamental para el desarrollo de la sociedad en un país, ya que con sus actividades se crean viviendas y los centros de trabajo que necesitan las personas para llevar a cabo su vida diaria. Por tanto, cada vez se necesitan más prácticas funcionales, como un proceso de industrialización, para eficientar y entregar proyectos de forma rápida, de calidad y duraderos.
La importancia de esta industria también recae en el gran impacto que tiene en la economía mexicana, pues en 2020 contribuyó con alrededor del 6,3% del producto interno bruto (PIB). Esto se explica debido a que atrae la inversión pública y privada, se generan empleos y la demanda de insumos provenientes de otros mercados incentiva la actividad económica de esos sectores.
En este sentido, con el fin de garantizar el futuro de esta industria y que se sigan generando buenos resultados para los clientes y las empresas, será vital seguir un proceso de industrialización.
Gracias a los avances que han existido tanto dentro de la industria de la construcción, así como en materia de tecnología dentro de nuestro país, ha sido posible desarrollar métodos constructivos, procesos y materiales innovadores que nos han permitido realizar nuestros procesos de una mejor manera.
Es decir, con la industrialización mexicana en el sector de la construcción que simplifica y mejora el desarrollo de una obra, se logra hacer una transición de los métodos tradicionales, a un proceso moderno donde se aplican conocimientos de ingeniería y así se producen materiales cada vez mejores y más adaptados al tipo de construcción por realizar.
Teniendo esto en mente, se abre el paso a la ingeniería tecnificada que, a diferencia de las prácticas tradicionales, implica la ejecución de soluciones integrales e innovadoras para la construcción, donde se integra la tecnología como base para los productos y servicios. Así, se pueden fabricar piezas estructurales acordes a las medidas y necesidades de una obra en específico, lo que no es posible con la edificación tradicional, además de otros beneficios como:
Optimización del tiempo en el desarrollo de la obra.
Hacer un uso eficiente de los recursos para evitar residuos.
Ahorrar en costos porque se calcula exactamente el consumo total del material.
Gestión de mano de obra ideal, garantizando la seguridad de los trabajadores.
Perfectas terminaciones y acabados de un edificio en construcción.
Cálculo correcto de las piezas estructurales para el soporte que se busca en la obra.
Este sistema nos ha llevado a lograr proyectos sumamente importantes, no solo para nosotros y nuestros clientes, sino también para la infraestructura de algunas ciudades que se han visto beneficiadas por ellos, como con la autopista Siervo de la Nación en el Estado de México o el viaducto del tren ligero en Guadalajara.
Por otro lado, nuestro caso de éxito el Edificio República es otro claro ejemplo de cómo a través de la ingeniería tecnificada resolvemos temas de diseño con nueva tecnología. Por medio de nuestra Solución de Acero de Refuerzo ARLOSA aumentamos el espacio entre vigas sin sacrificar la altura de cada nivel.
Como vemos, en INGETEK desarrollamos proyectos de construcción e infraestructura de la máxima calidad mediante productos y servicios que integran innovación con los estándares de calidad internacionales más altos. En este proceso también se integran conocimientos de ingeniería, automatización y prefabricación de elementos estructurales, para que se obtenga en el proyecto la garantía de eficiencia, durabilidad y calidad que se espera en la industria de la construcción.